La diabetes es una de las enfermedades del estilo de vida más comunes. Alrededor del 90% de los casos son diabetes tipo 2. La diabetes es en realidad un síntoma de niveles altos de azúcar en sangre. Sin embargo, las razones de esto son diferentes en la diabetes tipo 1 y tipo 2.
Daño a las células beta.
La diabetes tipo 1 es causada por daño a las llamadas células beta del páncreas, que producen insulina. Debido a la falta de insulina, el cuerpo no puede transportar el azúcar de la sangre a los tejidos y su nivel en la sangre aumenta rápidamente.
Esta enfermedad comienza con mayor frecuencia en la niñez o en la edad adulta temprana y es causada principalmente por una respuesta autoinmune contra las células beta. Pero todavía se está investigando por qué el cuerpo produce anticuerpos contra ellos. Una opción que se está investigando es la deficiencia de vitamina D.
Los estudios han demostrado repetidamente que administrando vitamina D al menos en otoño e invierno (especialmente en mujeres embarazadas), reducimos el riesgo de padecer esta enfermedad. Sin embargo, una vez que ocurre la enfermedad, la única opción de tratamiento es la insulina.
Incapacidad del cuerpo para procesar la glucosa.
La situación es diferente en la diabetes tipo 2. Aquí puede haber suficiente insulina y, a veces, el páncreas incluso produce un exceso. Pero el tejido humano no puede responder lo suficiente y utilizarlo para transferir azúcar a los tejidos. Esta condición se llama resistencia a la insulina.
Las causas de esta enfermedad, a diferencia del tipo de diabetes anterior, son conocidas. Se trata principalmente de un estilo de vida poco saludable, una dieta inadecuada, sobrepeso y falta de ejercicio.
Pero también hay buenas noticias al respecto. Si cuidamos nuestra salud de forma preventiva, el riesgo de desarrollar esta enfermedad es muy bajo
Intolerancia a la glucosa
También es importante mencionar que todavía existe un precursor de la diabetes, que llamamos intolerancia a la glucosa. Gracias a ello, el nivel de azúcar en sangre es ligeramente superior a lo normal, pero no tan alto como en la diabetes. En este caso, el cuerpo no responde lo suficiente a la carga de glucosa y por eso en ocasiones presenta niveles elevados de azúcar en sangre.
Desafortunadamente, esta condición ya aumenta el riesgo de complicaciones cardiovasculares, como infarto de miocardio o accidente cerebrovascular. También existe el peligro de que la intolerancia a la glucosa se convierta en diabetes tipo 2.
¿Qué tiene de peligroso la diabetes?
¿Cuál es el peligro? Por un lado, se producen fluctuaciones extremas en los niveles de glucosa en sangre, tanto en sentido positivo como negativo, que pueden provocar coma; por otro lado, existen complicaciones asociadas con aumentos a largo plazo de los niveles de glucosa en sangre.
Se trata principalmente de daños a los pequeños vasos y nervios, que posteriormente pueden provocar hemorragias en las extremidades inferiores que requieren una amputación, también hay dolor debido a la neuropatía, daños adicionales a la insuficiencia renal que requiere diálisis y, finalmente, retinopatía diabética que conduce a la ceguera.
Cómo prevenir la diabetes
Por tanto, es necesario mantener los niveles de azúcar en sangre lo más bajos posible. La base, por supuesto, es cambiar los hábitos alimentarios e incorporar el ejercicio regular a la rutina diaria.